HISTORIAS DE TERROR
May 8, 2023

Al Final del Pasillo

Iba subiendo tranquilamente por las escaleras. Por alguna razón ese día sentía el ambiente muy tenso y había muy poca luz porque, al parecer, todos los bombillos o estaban quemados o sino se prendían y apagaban. Sentía un calor insoportable como si me estuvieran quemando viva, cada vez que me acercaba más al pasillo de arriba sentía escalofríos y los dientes me castañeteaban.

Cuando por fin llegué, la luz se fue por completo, menos un bombillo que no daba mucha, alumbrando una puerta al final del pasillo, rota, vieja y desgastada, lo que era de esperarse de una casa tan vieja de 1782.

Empecé a caminar lentamente, pero cada vez que me acercaba más, sentía mi espalda como si fuera un yunque y cada vez se ponía más pesado. Las piernas se me cansaron conforme iba haciendo más fuerza para intentar moverme. No entendía lo que pasaba, las náuseas empezaron a recorrer mi estómago. Poco a poco tuve que recostarme de la pared por el cansancio que sentía.

Me senté un momento para poder descansar y el dolor de la espalda empezó a ceder. De la nada escuché una risa, pero no cualquier risa. Era una risa burlona, como si se estuvieran riendo de mi.

-¿Quién anda ahí?- fue lo que pregunté en voz alta, pero nadie contestó. Un silencio muy grande inundó el pasillo que poco a poco se iba poniendo más oscuro porque la bombilla se iba apagando. Me volví a levantar y seguí caminando.

Solo unos metros más y podría salir de este lugar, hasta que vi algo a lo lejos, una sonrisa que salía de la sombra de la puerta medio abierta. Me seguí acercando pero con mucho cuidado para evitar alguna tragedia. De la nada apreciaron unos ojos blancos y rojos, rojos porque parecían irritados de tanto llorar o algo así.

- ¿Qué haces aquí?- y la niña me contestó que estaba esperando a su hermano mayor.

No entendía lo que pasaba. Le dije a la niña que la sacaría de aquí y ella se negó porque quería ver a su hermano otra vez.

- ¿Desde cuándo estás aquí?

- Desde 1782, cuando mi hermano se fue y dijo que volvería por mí cuando pudiera.

Me quedé en shock... Fue cuando ocurrió aquella tragedia del incendio.

Detrás de ella pude ver una mano, me quedé aterrado. “Era un cadáver”, quería salir lo más rápido posible, así que seguí caminando hasta llegar a la puerta.

Cuando estaba a punto de abrirla, la niña me preguntó: "¿Has visto a mi hermano?"

Una sonrisa diabólica se le pintó en el rostro.

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